viernes, 11 de abril de 2014

Documental "Secretos de la IIGM :La travesia de los buques secretos"



Crucero Auxiliar Alemán Hk Pinguin (Corsario)



Documental "Secretos de la IIGM :La travesia de los buques secretos"

En la primavera de 1941 la flota alemana reflejaba los inconvenientes de haber entrado en guerra antes de completar su total equipamiento. Las importantes pérdidas sufridas en la campaña de Noruega y en las operaciones oceánicas habían reducido considerablemente el núcleo de las unidades mayores.

En Brest, los buques de batalla “Scharnhorst” y “Gneisenau” y el crucero pesado “Prinz Eugen” estaban aislados y fuera de servicio por varios meses, reparando daños y averías. Permanecían en aguas alemanas el modernísimo acorazado “Tirpitz”, el “Admiral Scherr” con su gemelo “Lützow” y el crucero “Hipper”, pero no todos estos buques estaban en condiciones de hacerse inmediatamente a la mar. Los restantes cruceros ligeros y destructores no tenían autonomía suficiente, y por otra parte eran indispensables en las aguas europeas para la protección del tráfico costero.

En realidad la defensa de las costas y las rutas marítimas hacia Escandinavia y la Francia ocupada estaba absorbiendo un gran número de pequeñas unidades (torpederos, corbetas escoltas de la clase <f>, dragaminas, lanchas torpederas, buques antiaéreos y cazasubmarinos), que los alemanes habían construido y requisado en las naciones ocupadas. Quedaban, pues, pocas unidades para amenazar las rutas oceánicas de Gran Bretaña, aparte los submarinos, cuyo número iba en aumento.

Por otra parte había que evitar el error cometido en la guerra de 1914-1918, cuando se dejó a los submarinos hacer la guerra por sí solos al comercio marítimo, atrayendo sobre sí todo el peso de las energías adversarias.

A falta de grupos de ataque, la Kriegsmarine, en base a un plan elaborado por el almirante Canaris, organizó raids corsarios, que eran buques mercantes equipados como cruceros auxiliares camouflados, cuya organización había sido ampliamente estudiada ya en los años de paz. En los primeros meses de 1940 se habían preparado seis, denominados convencionalmente <schiff> con un número distintivo, que habían entrado en acción a partir de 1940.

Se enviaron dos grupos de corsarios, el primero integrado por el “Atlantis”, el “Orion”, el “Wider”, el “Thor”, el “Pingüin” y el “Komet”. La actividad de este primer grupo le costó a los aliados 77 mercantes (además de los cruceros auxiliares hundidos o averiados), con un total de 558.466 toneladas (una media por cada uno de los seis corsarios de 87.432 toneladas).

Desde marzo de 1940 hasta mediados de julio del mismo año, los británicos no tuvieron noticias de esta fuerza operativa, y al tomar conocimiento de ella hicieron suspender el tráfico mercante aislado, y ordenaron a los convoyes que se mantuvieran lo más posible en la zona de neutralidad norteamericana.

A fines de 1941 partió una segunda oleada de corsarios: el “Thor”, el “Kormoran”, el “Michel”, el “Stier”, el “Komet”. El destino de estos buques no fue afortunado. La entrada en guera de Estados Unidos, el 7 de diciembre de 1941, comportó vastas repercusiones geoestratégicas que modificaron rápidamente la situación en los océanos y dificultaron extremadamente la acción de los corsarios.

Fuente: www.histarmar.com.ar


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